Cuando no tenemos un buen equilibrio corporal, nos cuesta mantenernos de pie por unos momentos, nos caemos con frecuencia,  pararnos sobre una pierna sin desequilibrarnos es común, vamos entonces creando un miedo a caernos,  y nuestra seguridad personal se reduce significativamente.

En mi experiencia con mis alumnos ésto es algo cada vez más común, sobre todo en personas de mayor edad y en quienes han sufrido traumatismos por caídas; se va minando la agilidad, el equilibrio y el cuerpo se vuelve lento y poco a poco rígido, al grado de perder su capacidad de bajar y subir del piso.

Algunas de las causas de la pérdida de equilibrio son el sedentarismo,  la edad (sobre todo si se han sufrido caídas y si no se ha mantenido una disciplina de movimiento saludable), alteración en el sistema vestibular y algunas enfermedades cuyos síntomas provocan mareos, nauseas y por lo tanto sensación y pérdida de equilibrio.

Mantener una sensación de equilibrio corporal es muy importante para la estabilidad general de la salud, ya que entre otras consecuencias se produce un estrés constante por el miedo a caer.

Una alternativa para retardar, e incluso evitar que la falta de equilibrio afecte nuestra calidad de vida, es movernos y buscar la calidad del movimiento haciendo ejercicio moderado.

Cuando hemos perdido la calidad del equilibrio, una de las zonas más afectadas es el Suelo Pélvico. La presión que ejerceremos en él aumenta, y los músculos de esta zona también se debilitan, lo que hace aún más difícil equilibrarse.

Un Suelo Pélvico débil puede traer problemas de equilibrio, ya que no puede sostener el peso del tronco, ni permite que el movimiento se transmita hacia el mismo, bloqueando la comunicación entre tronco, pelvis y piernas, que provocará dificultad para sostenernos. Así que, una razón más para cuidar de tu Suelo Pélvico! Haz la prueba

  1. Ponte de pie y deja tu peso en el centro, que no dejes más peso en una pierna que en otra.
  2. Muy, pero muy suave y lentamente, ahora sí, ve pasando tu peso a una pierna y ve elevando el pie que queda sin peso, hasta que quedes con el peso en una sola pierna. Puedes contar si gustas, cuántos segundos puedes sostenerte sin perder el balance ¿Hay alguna sensación de presión en alguna parte, como en la rodilla o la cadera, o espalda baja, en dónde?
  3. Prueba pasar el peso a la otra pierna y checa cómo es equilibrarse de este lado.
  4. Ahora! Eleva tus brazos e inhala mientras llevas de nuevo el peso a una pierna (mantén la cebeza en el centro de la columna, mirando al frente), cuando tengas el peso en una pierna mueve la pelvis un poco como que el coxis o tu sacro, quieren apuntar unos milímetros hacia el piso (vas a sentir que esa pierna se encaja un poco más en el piso) y contrae un poco el ano. Puedes seguir respirando normal pero deja tus brazos elevados. Cuenta de nuevo cuántos segundos puedes sostenerte ahí y observa si hay menos presión en donde la sentías antes.

Continua aprendiendo a usar el poder de tu suelo pélvico para mejorar la calidad de tu vida.

Próximo taller Presencial en Colima, México.

Lunes 5 de septiembre/2022/

6 sesiones de lunes y miércoles de 17:00 a 18:30 hrs.

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Te veo pronto.  Un abrazo

Claudia Espriella