Empieza a despertar esta zona y a sentir su relación con la mecánica de movimiento del cuerpo! Estos son pequeños movimientos que te ayudarán a entrar en contacto con cada parte de la pelvis menor.
1. Busca un asiento con base firme, sin cojines ni colchoncitos. Coloca los pies bien fijos en el piso. Balancea tu pelvis de un lado a otro llevando el peso del isquión derecho hacia el izquierdo. después hacia adelante y hacia atrás suavemente para sentir los isquiones cómo se apoyan en la superficie y van desplazando el peso de hacia adelante hacia atrás. Ahora ve a los 4 lados y siente cómo los isquiones tienen una tercera dimensión, es decir, si vas hacia el frente estás sobre la parte frontal de los mismo, si vas hacia atrás estás en la parte de atrás y hacia los lados igual, de manera que localiza los frentes de un isquión y los del otro, observando cuál es el frente, detrás y lados.

Ahora vamos a ubicar la zona del suelo pélvico, la casa del suelo pélvico. Ve suavemente de un lado a otro de los isquiones y observa la parte interna del isquión, siéntela. Del otro isquión. Ubícalas. Ahora ubica la parte externa de cada uno. Bien! Siente cómo cuando vas hacia la parte externa de los isquiones la pierna tiende a abrirse y moverse un poco, es porque estamos activando la zona de la cadera que está en el límite del periné. Ahora vamos a la parte interna y estamos en la zona del piso pélvico. Vamos a sentir esta zona y delimitar las fronteras.

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