El esfuerzo es sustituto del talento. Moshê Feldenkrais
La mayoría de nosotros nos esforzamos demasiado en actividades cotidianas y no nos damos cuenta. De ahí surgen gran parte de nuestros dolores y problemas de movilidad.
Al mismo tiempo este sobre esfuerzo que ya es habitual, deriva en tensiones musculares crónicas que nos dejan agotadas, con poca energía y emocionalmente decaídas, al mismo tiempo que nos impiden tener un buen descanso durante la noche.
Es un círculo vicioso.
La mayoría de las personas gastamos mucha energía al movernos.
Esto se debe a que hacemos mucho más esfuerzo del que es necesario al movernos. Este hábito se vuelve también invisible y no nos damos cuenta.
Estos esfuerzos constantes van a crear tensiones que a su vez provocan los problemas musculares, articulares e incluso de órganos.
Reduciendo este esfuerzo y re aprendiendo a percibirnos, empezaremos a mejorar nuestra sensación de vitalidad.
Algunas personas están cansadas siempre porque se han esforzado tanto en todo, que su cuerpo ya no puede con tanta tensión y rigidez.
¿Has visto cómo, un músico virtuoso toca su instrumento sin esfuerzo? Con una armonía de todo su ser, cuerpo, mente y alma. Parece estar en integración plena, no parece que haga un esfuerzo extra para expresarse.
Esto se debe a que su expresión viene de su ser profundo, que se conecta con todos sus sentidos al tocar. En ese momento la fuerza pasa a ser un elemento no necesario, y el talento surge en todo su esplendor.
– Cuando escuchamos la sutilidad de nuestro movimiento y logramos eliminar la fuerza no necesaria, surge una energía poderosa que viene de la liberación de tensiones, como cuando éramos niños y no existían esas tensiones corporales.
– Movernos con suavidad permitirá activar los espacios más profundos de nuestro cuerpo que pocas veces se movilizan y se encuentran muy presionados.
Moshê Feldenkrais decía que el sistema nervioso necesita de la suavidad, de la sutilidad para poder diferenciar información.
Por ejemplo, (él puso este ejemplo), si queremos sentir la textura de una superficie y presionamos con las manos y dedos ésta textura, la presión excesiva reduce la información que llega a través de las yemas de los dedos. Necesitamos tocar suavemente para sentir la calidad de la textura, la forma, el calor, las curvas, picos etc.
El sistema nervioso motor funciona así, de manera que los esfuerzos musculares excesivos impiden que la información llegue al cerebro, mientras que el no esfuerzo y la sutilidad permitirán que se perciban cambios y diferencias con más facilidad y claridad, creando un proceso de auto aprendizaje y auto sanación.
Aprender el no esfuerzo, tampoco es tarea fácil, en un mundo que premia el esfuerzo.
Pero el intento vale la pena.
Después de haber trabajado con la prisa la lección pasada, vamos a empezar a percibir cómo nos relacionamos con el piso y con la gravedad, ya que gran parte del esfuerzo extra que realizamos sin darnos cuenta, se debe a la resistencia que ya exise en la musculatura que nos impide «soltar».
Regálate por favor 26 minutos que dura la lección y disfruta de la maravillosa sensación de sentir la gravedad.