El Suelo Pélvico está siempre recibiendo presiones del tronco.

Es un espacio vivo, latente.

Para empezar a imaginarlo en movimiento, empieza practicando este ejercicio.

  1. Busca un banco o asiento cualquiera de base firme, que te permita colocar los pies planos en el piso, de preferencia sin zapatos.
  2. Colócate sobre los huesos de la base de la pelvis (isquiones).
  3. Imagina que mientras inhalas en la parte baja de tu pelvis están tus músculos del suelo pélvico, que son como una medusa.
  4. Cuando inhalas «la medusa» se expande hacia abajo, y cuando exhalas hacia arriba, justo como cuando se impulsan en el mar para moverse.
  5. Mueve tu pelvis, suavemente hacia el frente y hacia atrás mientras imaginas esta medusa subiendo y bajando.
  6. Al final observa tus sensaciones al estar sobre la silla.

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