El Suelo Pélvico está siempre recibiendo presiones del tronco.
Es un espacio vivo, latente.
Para empezar a imaginarlo en movimiento, empieza practicando este ejercicio.
- Busca un banco o asiento cualquiera de base firme, que te permita colocar los pies planos en el piso, de preferencia sin zapatos.
- Colócate sobre los huesos de la base de la pelvis (isquiones).
- Imagina que mientras inhalas en la parte baja de tu pelvis están tus músculos del suelo pélvico, que son como una medusa.
- Cuando inhalas «la medusa» se expande hacia abajo, y cuando exhalas hacia arriba, justo como cuando se impulsan en el mar para moverse.
- Mueve tu pelvis, suavemente hacia el frente y hacia atrás mientras imaginas esta medusa subiendo y bajando.
- Al final observa tus sensaciones al estar sobre la silla.
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